En Lidia Capusotto la casi totalidad de sus obras están referidas al tema de la figura humana y muy especialmente a los niños, a los adolescentes y las maternidades.

En la mayoría de ellas, la pequeña dimensión reduce aún más la visión a la impresión intimista, y es así su pintura: una realización técnica que, mediante la exaltación del toque luminoso, envuelve en una atmósfera de sutiles resonancias que llegan a la serenidad espiritual.

Podría ser enmarcada, su técnica, en la recordados «machaiolli» del 900 italiano, técnica que ella reasume con la prestancia de una serenidad impecable.

Lidia Capusotto, interpreta a su manera las contribuciones de los impresionistas y entiende que la luz no se suma a los objetos y que forma parte integrante de ellos, y que al pintar la luz, es apenas un sueño, pues, lo que ella revela son las resonancias interiores de su visión del universo, esa claridad vivificante que le permite situar en el plano pictórico, la representación sensible de todo lo que contempla y la conmueve.

Estrellas Federales – Oleo sobre tela – 0,60 x 0,50 mts. Año 1999

Frente a la imagen – Oleo –
0,22 x 0,21 mts.

La sopera y la jarra – Oleo – 0,50 x 0,60 mts. Año 1998

Maternidad – Oleo –
0,40 x 0,50 mts.

Maternidad – Oleo sobre tela – 0,80 x 0,60 mts. Año 1999

Momento feliz – Oleo sobre tela – 0,50 x 0,60 mts. Año 1998

Monaguillo (Interior Catedral de Burgos – España) – Oleo – 0,30 x 0,24 mts. Año 1999